1, 2, 3 hablar: Empieza bien y termina mejor octubre 19, 2019 – Posted in: Formación, Uncategorized – Tags: ,

El desarrollo del discurso cuando hablamos en público es fundamental, debemos pensar una línea en nuestra exposición con varios momentos claves. Si tenemos que destacar dos de ellos, la introducción es importantísima, empezar bien despertando interés, y la conclusión acabar mejor dejando huella en el auditorio.En este post de la mano de Emilio Gómez Rojo aprenderás cómo hacerlo.

Habíamos iniciado esta serie de las 6 claves para triunfar en tus presentaciones desarrollando el número 1.- Conoce el tema como conoces a tu familia. Como resumen decíamos que deberíamos tener claro el formato en que se iba a desarrollar nuestra intervención. Además, tenemos que hacer una selección de la documentación que tenemos sobre el tema, eligiendo la de mayor calidad y la que más se ajuste al tema a presentar. Y sobre todo en esta fase tendríamos que fijar cual va a ser el objetivo de nuestra presentación

En la segunda clave – Ten claro el objetivo y apóyate en un guion. Habíamos visto varias formas de ordenar nuestra intervención, por capítulos, en tres actos o mediante un mapa mental o incluso, yendo más lejos usando la técnica de los cinco pasos que usan los guionistas de cine o televisión.  Decíamos que el tener el objetivo claro y desarrollado en un guion, nos aporta seguridad y es la base que nos da paso a la siguiente fase; la interpretación de nuestra presentación. Y en eso estamos ahora en el punto 3.- Empieza bien y termina mejor.

Llega el momento de pasar a la acción y ponernos delante de nuestro auditorio. Conocer el escenario donde vamos a actuar es fundamental. Llegar con tiempo suficiente o conocer previamente la sala es vital para hacernos una idea de cómo se va a desarrollar la sesión. Somos actores y como tal debemos pisar las tablas del escenario antes de la función.

Si vas a usar medios auxiliares (ordenador, pantalla, video, audio) hay que probarlo previamente, sobre todo si se trata de audio y video y no queremos llevarnos un disgusto. Recuerda: “la abuela siempre fuma” y si hay posibilidades de que no funcione, no funcionará y tú te pondrás nervioso.

Nuestro primer objetivo es “enganchar” a la audiencia desde el primer minuto, para ello hay varias maneras más originales de comenzar nuestro discurso que la habitual de “buenos días, buenas tardes, muchas gracias por invitarme a esta charla”. Algunas otras formas pueden ser: Haciendo mención a una cita o frase famosa que luego enlacemos con nuestro tema, con un audio, con un video, haciendo referencia a una anécdota, mostrando un objeto al auditorio, con un relato corto, con algo de humor, haciendo un ejercicio de imaginación, lanzando una pregunta al público, mostrando una estadística llamativa, formulando una necesidad, con una aparición sorpresa.

Lo importante es que el recurso inicial que elijas cumpla dos funciones, despertar el interés del auditorio y que se adecue al mismo.

Los dos primeros minutos son importantes y seguramente los tendrás ensayados en tu cabeza, pero enseguida puede que te venga una especie de sensación de ¿Qué hago yo aquí?, ¿Por qué me miran tan serios todos esos señores y señoras? Es normal y es cuando tenemos que echar mano de nuestro guion y enlazar con el siguiente tema a desarrollar.   

Para que tú presentación sea lo más adecuada posible, ten en cuenta lo siguiente: no desarrolles demasiadas ideas, céntrate en un mensaje principal, aporta evidencias de lo que dices, muestra ejemplos al auditorio, desarrolla los gráficos que apoyen tu intervención, es decir debes ser concreto.

Si estamos ante una presentación ejecutiva, en un entorno laboral o profesional, no olvides indicar los objetivos del proyecto, mostrar los retos y dificultades del mismo, indicar el estado actual, mostrar las lecciones aprendidas y describir los elementos de mejora. Para todo ello es fundamental apoyarse en datos que harán más verosímil la intervención.

Y ¿Cómo terminar? Pues con una cita, una imagen, haciendo un resumen, haciendo referencia al punto inicial, invitando a emprender o a realizar alguna acción y también debes terminar a tiempo.

Recuerda que el final debe ser la parte culminante de tu presentación y el clímax debe estar situado al final.

Si hiciéramos una representación gráfica y en una escala de 0 a 100, nuestra presentación debería ser algo así:

Recuerda que hay que empezar bien y terminar mejor.

En los próximos post y si nos acompañas, podrás ver el desarrollo de las otras claves que consideramos importantes en este proceso de realizar presentaciones y que son:

4.- Cuida la voz, la expresión y la exposición.

5.- Nosotros somos los protagonistas, los medios auxiliares nuestros colaboradores.

6.- Y, para terminar: tienes que creértelo

Emilio Gómez Rojo

123hablar@gmail.com