¿OPOSITAR O NO OPOSITAR? LA ETERNA PREGUNTA agosto 30, 2019 – Posted in: Empleo – Tags: , , ,

Cuando sale la oferta de empleo o la convocatoria de Oposiciones del sector para el Cuerpo de Ingeniero de Caminos del Estado surge la eterna pregunta. Pues sí, de nuevo esta vez, me pregunto ¿por qué no me decido, doy un paso para delante y preparo las oposiciones? En esta tesitura seguro que estáis muchos de vosotros tanto para estas plazas como algunas similares. Las dudas son muchas, ¿merece la pena el esfuerzo sin tener garantía de resultados? ¿cuál es la dificultad real? ¿cuántos candidatos habrá y con qué preparación? ¿cómo lo puedo compatibilizar con el día a día? No una, sino infinitas preguntas que nos surgen antes esta encrucijada.

En este post actualizado tratamos de resolver estas y otras cuestiones, con la experiencia contada en primera persona de un gran compañero y amigo, que tras demostrar su gran valía en el sector privado, decidió dar el paso y, tras un gran esfuerzo, se convirtió en funcionario del Estado en la convocatoria de 2016-2017.

No se pretende hacer un repaso al proceso, detallando el contenido de los exámenes, sino un análisis más centrado en las dudas intrínsecas al proceso y más enfocado al opositor en sí mismo, detallando algunos aspectos para aquellos que se encuentren trabajando previamente: temores, capacidad, compatibilidades, etc.

CONSEJOS SOBRE COMO AFRONTAR EL PROCESO DE OPOSICIONES AL CUERPO DE INGENIERO DE CAMINOS, CANALES Y PUERTOS DEL ESTADO

Este post se estructura en una serie de epígrafes que se corresponden con algunas de las preguntas habituales que se suele plantear alguien cuando está tanteando la opción de opositar para dar un cambio de rumbo a su trayectoria profesional. Las observaciones y consejos que aquí se muestran se basan en mi experiencia como opositor durante la fase de oposiciones al Cuerpo de Ingenieros de Caminos, Canales y Puertos del Estado del año 2016-2017 y en los primeros años de la etapa laboral posterior como nuevo ingreso en la Administración.

El relato está contado por tanto desde el punto de vista del profesional que se plantea este cambio de rumbo y que intentar compatibilizar el estudio de las oposiciones con su puesto de trabajo, aunque la mayoría de lo que aquí se cuenta vale también para el opositor que no está en activo y que quiere centrarse por completo en la oposición.

Aunque resulte obvio decirlo, antes de tomar la decisión de opositar es fundamental tener bien presente la situación profesional y personal en la que se encuentra cada uno. La clave principal para aprobar estas oposiciones es echarle horas, y horas que sean productivas. Y para esto es necesario disponer de bastante tiempo. Si no se va disponer de él… es prácticamente imposible aprobarlas.

Antes de proseguir recordar brevemente que estas oposiciones se estructuran en torno a cuatro bloques de temas (administrativo, carreteras+ferrocarriles, agua+costas y transportes+medio ambiente) que conforman unos 144 temas aproximadamente (el número varía ligeramente de un año a otro). Los exámenes que hay que aprobar son cuatro, por este orden:

  1. Test de 100 preguntas
  2. Idioma inglés (traducción directa, inversa y entrevista)*
  3. Oral (cantar cuatro temas de 10 minutos, uno de cada bloque anterior)
  4. Problemas (cuatro problemas de 2 horas de duración cada uno: carreteras, ferrocarriles, agua y costas).

*Este año es posible evitar este examen si tienes título oficial, ver convocatoria

Para aprobar la oposición hay que pasar cada examen con una nota mínima equivalente a un 5 sobre 10.

¿Por qué la opción de opositar?

A parte de trabajar para el sector público existen otras vías de reciclaje para los ingenieros de caminos. Pero no siempre son fáciles. En mi caso particular, no veía muy claro ninguna de estas otras vías, dado que sentía que me encontraba ya muy especializado en mi actividad, tenía la impresión de que estudiar un master o un MBA no me iba a colocar tan fácilmente en otro sector y por otro lado, me apetecía poder disfrutar de un poco de estabilidad de una vez por todas.

La razón fundamental que terminó de decidir a lanzarme fue la ya constante falta de perspectiva del sector de la ingeniería en España (en crisis desde 2010, con escasos contratos nacionales y con una competencia feroz en el extranjero) así como la inestabilidad de la empresa. Por otro lado, aunque opino que el trabajo del consultor tiene muchos aspectos motivadores, hay que decir que el día a día de los últimos años no era precisamente de alegrías. Supongo que más de uno se sentirá identificado con esta sensación.

Además, me ayudó a decidir el hecho de que se habían convocado 36 plazas por turno libre (sin contar 2 plazas adicionales para discapacitados), un número considerable de plazas y mayor que el de los años anteriores. En teoría se suelen cubrir todas, aunque finalmente en esa convocatoria sólo se cubrieron 30 de las 36 disponibles.

¿No soy un poco mayor para opositar?

Es una inseguridad muy habitual entre los opositores maduros. Mi opinión es que nunca es demasiado tarde y que debes quitarte ese miedo de encima. Además, cada año va subiendo la media de edad de los aprobados como consecuencia de la crisis. En la promoción de 2016-2017 los aprobados más jóvenes tenían 25 años, muchos treintañeros (la mayoría), algunos de cuarenta y tantos… hasta un compañero de 53 años.

Llevo mucho tiempo sin estudiar. ¿Seré capaz de memorizar tanto para el oral?

En mi opinión el éxito del primer examen (test) y del tercer examen (oral) no depende tanto de la capacidad de memorizar que uno tenga, si no de la dedicación en horas y de la capacidad de ser metódico durante el tiempo de estudio.

Además, para cantar los temas del tercer examen existen dos modelos de opositor: el que se lo aprende literal o casi literal (puede ser el perfil de los opositores más jóvenes) y el que tiene que conformarse con aprenderse las ideas que tiene que contar y lo expresa con su propio discurso (en general el perfil de opositores más mayores con menos capacidad de memoria).

Aparte de saber qué contar, el oral consiste en cierta parte en saber exponer y algo también muy importante, demostrar al tribunal que no sólo sabes memorizar y que entiendes bien lo que te has estudiado. Esto normalmente se comprueba con la tanda de preguntas al final del cante de los cuatro temas.

¿Qué sensaciones tendré durante el proceso? ¿Qué me costará más?

La época de opositor se vive como si estuvieras en una montaña rusa. A veces te sentirás muy animado y con la sensación de que todo irá sobre ruedas, y otras veces te sentirás de bajón pensando que el resto de gente es muy buena, que no serás capaz de recordar todo, que te podrán los nervios en el día clave…

Lo más importante es abstraerse de los competidores e intentar que los ánimos no decaigan. En teoría no dependes de los demás para aprobar, sólo de lo que hagas tú en cada examen; digo en teoría porque al final sólo hay un número de plazas y no pueden pasar más al no existir la figura de interinidad en estas oposiciones, por lo que el tribunal puede tener que complicar bastante el cuarto examen para que sólo aprueben los mejores. En cualquier caso, esto sólo ocurriría en el cuarto examen.

Se pasan muchos nervios durante todo el proceso (previos a un examen, posteriores esperando a la nota y saber si sigues dentro, esperando a saber la fecha del próximo examen…). Dado que se trata de un proceso largo pero de tiempo siempre insuficiente para el volumen de información a tratar, la clave del éxito pasa por pelear batalla por batalla y ser muy metódico, constante y práctico en el estudio.

Haciendo un barrido rápido de los cuatro exámenes:

– Primer examen (test).No es el más difícil (siempre que no tengas mala suerte y de que ese año se ceben en preguntas con lo que menos te sabes) pero es donde sucede la mayor criba puesto que hay siempre gente que se presenta habiendo estudiado poco. Requiere leer mucho y memorizar datos concretos. En la convocatoria 2016-2017 pasaron 93 de unos 436 admitidos (aunque no todos los admitidos se presentan al primer examen). En la de 2017-2018 pasaron 102 de unos 612 admitidos.

– Segundo examen (inglés escrito y oral). El aprobado equivale a un nivel tipo B2 o First Certificate de Cambridge. Estos últimos años suspenden más que antes y puede suponer un gran escollo para quien tenga un nivel bajo de inglés. En la convocatoria 2016-2017 pasaron 66 de 93. En la de 2017-2018 pasaron 88 de 102.

– Tercer examen (oral de cantar temas + preguntas).Para mí y creo que en general para casi todos, es el camino crítico y el más complicado. Es el que requiere mayor dedicación y al que más nervioso se suele ir. En la convocatoria 2016-2017 pasaron 41 de 66. En la de 2017-2018 pasaron 54 de 88.

– Cuarto examen (problemas).Es una paliza de examen de 8 horas de duración. Es lo más parecido a lo que se estudia en la Escuela. Los problemas tienen muchos apartados y la clave suele ser intentar rellenar todo lo posible. El problema de este examen es que es el último y los nervios y el cansancio ya hacen mella (el punto positivo esto ocurre para todos). En la convocatoria 2016-2017 pasaron 30 de 41 (no se cubrieron todas las plazas aunque no es lo habitual). En la de 2017-2018 pasaron 37 de 54.

He trabajado previamente en el sector. ¿Sirve de algo mi experiencia previa en la empresa privada para estos exámenes?

Depende de a lo que te dediques. Si tu trabajo es muy especializado en algo alejado del temario (un ejemplo habitual: te dedicas al cálculo de estructuras o cálculos geotécnicos) o tu trabajo es ya más de gestión (de personal, de  conseguir contratos, de llevar un área de negocio…) poco te va a aportar de cara el temario de esta oposición aunque nunca te va a restar.

En general tener experiencia profesional te puede ayudar de cara a los siguientes exámenes:

– Segundo examen (inglés):si te ha tocado lidiar con este idioma en el trabajo, lógicamente te resultará más sencillo pasarlo.

– Tercer examen (oral):si tienes la suerte de que te cae el tema al que te has dedicado profesionalmente puedes intentar ‘lucirte’ y dar más datos que otra persona, lo cual gustará al tribunal. También puede ayudar de cara a exponer en público, sobre todo si has ganado confianza en base a reuniones con clientes, exponer en congresos o jornadas, etc.

– Cuarto examen (problemas):si tu trabajo es técnico te puede ayudar algo de cara al problema de carreteras, de ferrocarriles, de costas o de aguas. Aunque solo en parte porque son problemas muy completos que tocan siempre puntos de leyes o aspectos técnicos que no es habitual tratar en la empresa privada. Recordemos que estos exámenes están orientados sobre todo a tu futuro papel de funcionario.

¿Cuanto tiempo necesitaría para tener garantía de éxito?

Es la pregunta del millón. Los preparadores en general te aconsejarán empezar 1 año antes de la fecha prevista para el primer examen, aunque esto depende enormemente de la capacidad de estudio y del tiempo disponible de cada uno. Se puede lograr en menos tiempo (medio año o incluso menos) como ha ocurrido en más de un caso en estas últimas convocatorias.

Lo malo es que en general es difícil prever cuando será la fecha de este primer examen. Hace unos años era más fácil porque solían ser procesos anuales y más o menos podías hacerte una idea de cuándo sería la convocatoria (y por tanto el primer examen) desde la fecha en el que se publica la oferta de empleo público (OEP). Estos últimos años el proceso acumula retraso en el tiempo que va desde que se publica la OEP hasta la convocatoria.

Finalmente me he lanzado a opositar y ando perdido con tanta documentación ¿Qué hago?

Conviene aclarar en primer lugar que no hay una documentación oficial del temario. Lo único oficial son los epígrafes con los títulos de los temas en la propia convocatoria (y que varían ligeramente de año a año, aunque no suelen variar mucho, normalmente actualizaciones de normativa o legislación y algún tema nuevo que entra y alguno que sale). Lo más ‘oficial’ es el temario del Colegio de ICCP de Madrid, que sirve como punto de partida.

No obstante, es fundamental contar con asesoramiento desde el inicio.En estos últimos años han aparecido unos cuantos preparadores nuevos, además de los más veteranos (la academia en Madrid). Los preparadores están en varios puntos del país (principalmente en Madrid y Andalucía), pero su ubicación da igual, pues toda la entrega de documentos, apoyo y seguimiento para cada examen la suelen realizan vía online (no todos, algunos ofrecen clases presenciales de cantar temas por ejemplo).

Otra posibilidad es tener a alguien cercano que haya aprobado de las últimas promociones y que te pase la documentación, pero tocaría trabajarse la actualización de la documentación de un año a otro a uno mismo, no tendrías a quién te guíe o quien te responda a tus dudas, etc. Y el tiempo es la clave en un proceso de oposición. Es por ello que no es el camino más recomendable.

Lo ideal es por tanto contactar desde el inicio con algún preparador especialista en estas oposiciones, para ahorrar un montón de tiempo en la preparación de la documentación clave, de los resúmenes, consulta de dudas, etc.

Si a alguien le da miedo afrontar el temario, debo decir que en general resulta variado e interesante (salvo algún tema al que cogerás manía). De forma general es un temario bien diseñado que cubre tanto aspectos técnicos como de leyes, siendo estas últimas lo más novedoso en general para los ingenieros. Lógicamente al final del proceso estarás cansado de darle vueltas al temario y deseando no volverlo a ver en un tiempo. De los cuatro bloques en los que se divide el temario, el de administrativo es el más novedoso para los ingenieros, y también de los más importantes de cara al futuro trabajo como funcionario.

Estoy trabajando…, ¿dejo el trabajo para preparar el primer examen?

Hay que tener en cuenta para afrontar este reto con garantías quesi se toma la decisión de opositar es para dedicarse en cuerpo y alma: no suelen funcionar medias tintas. Si no se está trabajando entonces hay que dedicarse a full time al estudio; si se está trabajando hay que invertir el 100% del resto del tiempo. Esto implica dejar de lado la mayor parte de actividades de ocio, pasar menos tiempo con la familia, dormir menos horas, etc.

El mayor miedo para el profesional en activo es suspender alguno de los exámenes del proceso y haber perdido además el puesto de trabajo en el camino, dado que hay que asumir que se trata de cuatro exámenes, con una dura competencia y que un fallo en cualquiera de los exámenes te deja fuera con la necesidad de reiniciar el proceso desde el principio a la siguiente convocatoria (no se guardan notas y no hay interinos). Suele ser el mayor inconveniente para terminar de lanzarse.

Para los que estén en esta situación y de cara a la preparación del primer examen (tipo test) se puede optar por compatibilizar el estudio con el trabajo sin dejar el puesto, al menos hasta este primer examen. Si se piensa que la decisión de opositar no va a gustar en el trabajo, se puede optar por no decir nada hasta que no quede más remedio. No tienen por qué enterarse… aunque siempre está el riesgo de que alguien mire la lista de inscritos.

Si esto no es posible y hay que dejar el trabajo, lógicamente hay que contar con ahorros suficientes para dedicarse a estudiar sin ingresar durante un cierto tiempo indefinido (por ejemplo, la convocatoria de 2017-2018 se produjo en enero de 2018, y la última nota salió en octubre de 2018. A este tiempo hay que sumar el que ya lleves estudiando antes de la convocatoria…). Como información adicional, saber que una vez que se aprueban los cuatro exámenes y se comienza el curso selectivo se empieza a cobrar la retribución básica (unos 1.000 € netos mensuales) durante el tiempo de funcionario en prácticas.

En cualquier caso, mantener o no el trabajo es una apuesta muy personal que depende de muchos factores. Uno los más habituales puede ser por ejemplo que veas claro que pase lo que pase no quieres seguir en esa empresa y que no te pese tanto perder el trabajo actual, por lo que si estás en este caso lo mejor claramente sería ir a por todas y dejar por completo el trabajo.

En mi caso particular comencé a estudiar a principios de junio de 2016, compatibilizándolo con el trabajo y sin decir nada en la empresa, hasta el primer examen, el 3 de octubre de ese mismo año. Fue una paliza considerable (trabajar, estudiar y coger vacaciones para estudiar) pero era la única manera. Dediqué por tanto unos 4 meses a preparar el primer examen. Aunque este primer examen me salió bien y con buena nota, creo que es en general un tiempo algo escaso para la cantidad de información a asimilar, por lo que lo ideal es disponer de más meses y afrontarlo con mayores garantías.

A mediados de octubre salió la lista de aprobados y comuniqué en la empresa que me quería centrar en el resto de los exámenes.

Si aún no quiero dejar mi puesto de trabajo… ¿Qué hago para los exámenes 3º(oral) y 4º(problemas)? 

En mi opinión, como ya he mencionado, el camino crítico de nuestra oposición es el 3º examen: hay que memorizar unos 144 temas (aproximadamente, ya que varía ligeramente de año en año) repartidos en 4 bloques para cantar 4 temas al azar ante el tribunal (unos 10 minutos por tema). Esto requiere una cantidad ingente de horas para preparar los temas, memorizar, ensayar cantes, etc. Y esto es complicado compaginarlo con una jornada laboral intensa de 7 u 8 horas diarias.

Complicado pero en cualquier caso no imposible. En la promoción de 2016-2017 hubo al menos un par de casos de opositores que aprobaron y que no dejaron el trabajo durante el estudio del tercer y cuarto examen (con un trabajo de oficina con una regularidad en el horario, eso sí). En cualquier caso, durante el último mes intenso de repaso y cantes es fundamental estar a tiempo completo.

En mi caso particular, una vez aprobado el primer examen a mediados de octubre hablé con la empresa para poder disponer de más tiempo para preparar el oral, que finalmente fue convocado para principios de enero de 2017. Iba muy justo, ya que disponía solamente de octubre a enero (3 meses y medio) para preparar el oral sin haber memorizado y cantado ningún tema antes.

Un inciso aquí: se aconseja afrontar el examen oral con más tiempo para incrementar la garantía de éxito. Además, cada vez la gente va mejor preparada y el tribunal es más exigente en los cantes de los temas. Lo suyo es comenzar a memorizar algunos temas en paralelo con la preparación del primer examen (test), e incluso si tienes tiempo ir ensayando cantes durante esa primera etapa. Porque además, el tiempo que transcurre entre el primer examen y el tercero es variable según la convocatoria, y puede pasar que sea aceptable… o que sea muy escaso si encima no has empezado a memorizar ningún tema antes. Lo más habitual y lo que suelen recomendar todos los preparadores es que comiences a estudiar el examen oral lo antes posible, pero siempre sin despistarte del primer objetivo que es aprobar el 1er examen (recordad lo de ir batalla por batalla).

Tras aprobar el 1er examen, y para conseguir tiempo de estudio de cara al 3er examen intentando mantener el puesto de trabajo hay dos opciones:

– Pedir una excedencia en la empresa.Si no queda más remedio esta es la opción a tomar, aunque ya sabemos de los riesgos que hay para que luego la empresa tenga obligación de reincorporarte en tu puesto en caso de suspender…

– Acordar con la empresa una reducción del tiempo de trabajo. Para ello la empresa debe estar de acuerdo, puesto que no es un derecho del trabajador. Puede incluso pasar que sea positivo para la empresa en caso de no haber mucho trabajo, puesto que la empresa se ahorrará gran parte de tu sueldo durante ese tiempo. En esta alternativa se trata solamente de firmar un documento por ambas partes con fecha máxima en el que la empresa te permite esta reducción de tiempo de trabajo. A partir de esa fecha se retoma automáticamente el trabajo a jornada completa.

Esta última opción es la que tomé en mi caso y conseguí negociar con la empresa una reducción de jornada del 80%. Es decir, sólo iba un día a la semana a trabajar. Creo que fue muy buena opción porque me permitió tener 6 días de 7 a la semana a full time con el estudio y por otro lado me permitió seguir conectado en cierta forma a la realidad y disponer de cierta tranquilidad mental al pensar que si te va mal en algún examen sigues con tu puesto de trabajo.

Se puede pensar en una reducción menos drástica, por ejemplo de reducción de jornada en vez de número de días, aunque esto dependerá del tiempo total que se disponga desde que se comienza a memorizar temas hasta la fecha del oral.

Esta reducción o excedencia hay que mantenerla en cualquier caso hasta el cuarto y último examen, dado que desde que se lleva a cabo el tercero (oral) hasta el cuarto (problemas) no suele haber mucho margen, un mes o poco más y supone, para todos los opositores, una dedicación a fuego.

¡¡He aprobado!! ¿Qué pasa después? ¿Podría seguir trabajando hasta mi nombramiento?

Después de haber aprobado todos los exámenes, lo primero es que te sentirás durante un tiempo en una especie de euforia de la que te costará bajar. Aunque quizás no sea lo que más te pueda interesar de este blog de cara a tomar la decisión de opositar o no opositar, te cuento brevemente en este epígrafe y en los siguientes qué ocurre después de aprobar.

Uno o dos meses después de que salga la lista de aprobados definitivos, empieza un curso selectivo, que te ocupará todas las mañanas y alguna tarde puntual, y que dura aproximadamente 2 meses. Se da en las instalaciones del CEDEX en Madrid (cerca de Atocha) y es obligatoria la presencia. Este curso selectivo tiene un par de exámenes (no os asustéis, son sencillos y no están hechos para suspender) que aportan una quinta nota de poco peso, que en general no hace variar el orden de la lista de aprobados (alguno siempre cambia, subiendo o bajando un puesto en la lista).

Tras el curso hay aproximadamente un mes de prácticas (varía según el año) en las que normalmente los funcionarios en prácticas eligen con libertad el destino (en general carreteras, agua, costas, ferrocarriles) y en cualquier parte de España (servicios centrales o servicios periféricos, siempre que haya una administración donde esté presente el Cuerpo de ICCPE).

Normalmente durante este período de prácticas es cuando sale la lista de destinos de nuevo ingreso. Destino que como ya sabréis se elige por orden de nota (notas de los cuatro exámenes más la pequeña nota del curso selectivo).

Terminadas las prácticas puede que haya o no un período de vacaciones, que acaban con un acto oficial de nombramiento en el MFOM en el que se jura/promete la Constitución, al que asiste el Ministro de Fomento, como así fue por lo menos en la convocatoria 2016-2017.

A partir del acto hay un mes para elegir (hablando con tu futuro responsable) el día de incorporación a tu primer destino definitivo.

Si lo que te interesa es conocer la compatibilidad de tu trabajo previo en la empresa privada durante esta etapa, confirmarte que dicha compatibilidad es posible hasta el acto de nombramiento, incluido el curso selectivo, las prácticas y las vacaciones. Sí puede resultar necesario hacer una consulta durante el período de prácticas para no elegir un destino en el que tu empresa pueda tener conflicto de intereses (por ejemplo, si trabajas en una consultora de ingeniería y tu cliente es la Subdirección de Proyectos de la DGC del MFOM no se debería elegir ese destino en prácticas). No obstante, lo de trabajar ya en esta fase del curso selectivo suele ser un caso poco habitual, ya que sabiendo que tienes la plaza asegurada y que comenzarás a trabajar para el Estado en breve lo normal es que para entonces ya hayas dejado el trabajo antes de empezar dicho curso selectivo.

Una vez nombrado en el BOE (día del acto de nombramiento) ya no es compatible tu trabajo en la empresa privada y puedes incurrir en una causa de incompatibilidad seria. Si se trata de un trabajo adicional que nada tiene que ver con el sector hay que consultarlo previamente con RRHH del Ministerio de Fomento (existe una ley de incompatibilidades bastante estricta para los funcionarios).

Como ya mencioné, desde el comienzo del curso selectivo y hasta la incorporación en el puesto definitivo recibes la retribución básica, que viene a ser 1.000 € mensuales netos.

¿Cómo es la elección del primer puesto de trabajo?

Para tu primer puesto en la Administración puede ocurrir que no haya mucho margen de elección: dependes de los puestos que saquen ese año de nuevo ingreso y del orden en el que quedes. Los destinos de primer ingreso se dividen siempre (o casi siempre) entre plazas para el Ministerio de Fomento y el Ministerio para la Transición Ecológica. El nivel en el que se empieza es el nivel 26, que es un nivel ya alto en la escala de la administración española.

Puede ocurrir que te toque desplazarte de tu lugar habitual de residencia. Normalmente salen muchas plazas en Madrid (servicios centrales), pero cada año es variable. En el caso de la convocatoria de 2016- 2017 salieron 18 plazas de 30 en Madrid. En el de la de 2017-2018 salieron 22 plazas de 37 en Madrid.

No obstante, pasado un cierto tiempo inicial (para moverse por comisión de servicio el tiempo mínimo inicial oficioso es de un año y para moverse por concurso entre dos Secretarías de Estado distintas el tiempo oficial que tiene que transcurrir es de dos años) conviene saber que en la Administración General del Estado existe una elevada movilidad interna, bien en el propio Ministerio que hayas elegido inicialmente bien en un Ministerio diferente. No obstante, puede resultar más complicado acabar en una provincia muy concreta, ya que el número de plazas de ICCPE en esa provincia puede ser reducido o bien que en esa provincia haya mucha demanda por parte de funcionarios (en estos últimos años Andalucía, Comunidad Valenciana, Murcia, Galicia… están bastante solicitadas, y por ejemplo Castilla León, Castilla La Mancha o Cataluña menos).

¿Cómo cambiará la vida siendo funcionario del Estado?

En cuanto a la nueva vida laboral que te espera y comparando tu primer puesto en la administración con tu trabajo anterior en el sector privado, lo más seguro es que ganes enormemente en estabilidad y en regularidad de horarios, elimines la presión de tener que velar por tu puesto de trabajo o por el de otras personas que dependen de ti, te olvides del estrés tener que salvar año tras año una cuenta de resultados de la empresa …

Lo anterior no quiere decir que en la Administración no vayas a tener responsabilidad en tu primer puesto, ni mucho menos. Dependiendo del puesto puede ocurrir que tengas desde tu primer día una responsabilidad mucho mayor que la que tenías en la empresa privada, como puede ser la de dirigir una obra o explotar una infraestructura, por citar dos ejemplos. Pero como es lógico siempre tranquiliza el saber que tienes un puesto inamovible de por vida.

En cuanto al contenido del puesto, verás que en la Administración y para los ICCPE existen perfiles más marcados técnicamente (directores de obra, de proyecto, de conservación y explotación, supervisores de proyectos, …), otros más administrativos, otros más relacionados con la gestión económica y muchos que son una mezcla de los anteriores. Por ello deberás saber a qué te quieres dedicar y si estás motivado por progresar en tu carrera administrativa…lo podrás hacer, de eso no te preocupes. En la administración hay mucho trabajo por hacer.

En fin, a partir de aquí ya toca que te lances y que lo descubras tú mismo. Espero que este post te sirva al menos para aclarar alguna duda durante esos momentos complicados de indecisión inicial sobre si dar el paso definitivo a opositar… o por el contrario abandonar la idea y buscar otra salida profesional.

Si te lanzas a opositar…¡¡¡mucho ánimo y a por todas!!!